Sierra de Gata en Familia

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¡Menos mal que el turismo con niños está cambiando! Antes pensábamos en hacer algo con los pequeños y como te vieras con algunos ahorros empezabas a reservar, directamente, un viajecito a Euro Disney o, un poco más cerca, a Port Aventura. A mí lo del Parque Warner me ha pillado ya un poco desfasado pero supongo que también sería una opción. Ahora, por suerte, los padres tenemos la mente más abierta y las posibilidades se abren ante nosotros.

Está claro que, una vez en la vida (o dos, o más dependiendo de tus ahorros) visitar en familia un parque de atracciones, con espectáculos, diversión para toda la familia asegurada (o eso dicen) ahora bien, ¿aparte de diversión, que más le estamos dando a nuestros hijo con ese tipo de turismo?

No pretendo demonizarlo, ya he dicho que de vez en cuando y dependiendo del presupuesto que tengas para viajes pues está muy bien, lo que pasa es que antes pensabas en “niños” y tenías que acabar en un sitio así o similar, ahora por surte estamos aprendiendo que hay más opciones y no me digáis que los camping resort o los hoteles de “todo incluido” porque al final eso es lo mismo que el parque de atracciones: diversión y poco más.

Que repito, todo eso está muy bien, pero podemos hacer más cosas, también muy divertidas, donde se viven más experiencias y mucho más enriquecedoras que todo eso.

Sierra  de Gata

Mi familia se ha aficionado a viajar en naturaleza, y que conste que me encantan los viajes culturales (he estado en Roma tres veces solo para volver a ver lo mismo e impresionarme con la historia de esa ciudad), pero los viajes a la paz de la naturaleza, a la diversión que ese entorno también ofrece y a las experiencias que podemos vivir al aire libre, sin asfalto alrededor, son  mi paraíso familiar particular.

Este año nos vamos a Sierra de Gata, Extremadura, y nos vamos alojar en Apartamentos A Fala. Se trata de un territorio con diversidad de paisajes y flora. Tiene importantes recursos hidrográficos, con dos vertientes importantes: el río Arrago y el río Eljas. Posee un importante patrimonio arquitéctónico en algunas de sus villas, especialmente en Gata, San Martín de Trevejo, Hoyos, Torre de Don Miguel, Trevejo, Robledillo de Gata… Su secular aislamiento (hasta el punto de conservar un fósil lingüístico: la Fala en el Valle del Jálama) la han convertido en uno de los lugares más vírgenes de la Península en lo que se refiere a Naturaleza y autenticidad de las formas de vida rural. Así, es actualmente una de las zonas con mayor potencialidad y crecimiento para la práctica del turismo de interior. Su ubicación favorece unas condiciones de humedad y temperatura especialmente propicias para el desarrollo de múltiples variedades de setas por lo que se considera un enclave idóneo para los amantes de la micología y la recolección de hongos.

Nuestra idea es que nos dé tiempo a todo: descansar, respirar aire puro, hacer alguna ruta de senderismo, visitar los pueblos de alrededor, alguna actividad de aventura… todo se andará. Eso sí, lo que hay que hacer es planificar muy bien las cosas.

Por ahora ya tenemos claro que vamos a visitar algunos rincones mágicos de la zona. Según un blog especializado, aquí están los 10 lugares que no te debes perder:

La piscina de Descargamaría podía haber pasado como una poza más acondicionada por el baño, eso sí con una pequeña cascada donde el agua te cae como si estuvieras en un spa, pero el diseño del arquitecto Tomás Vega Roucher y el artesano Andrés Amores, la han convertido en la piscina natural más curiosa de la Sierra de Gata. Allí los bancales de su abrupto terreno están recubiertos de una cerámica esmaltada de colores que le dan un aire a Gaudí.

Robledillo de Gata

Al igual que este famoso pueblo burgalés, el río Arrago pasa por debajo de pueblo, formando saltos de agua en su bajada, no es tan espectacular como Orbaneja, pero tiene un encanto especial. Sin duda uno de los pueblos más bonitos que ver en la Sierra de Gata.

Un paseo por sus calles nos permite descubrir su trazado medieval, con sus casas de varias plantas en pizarra, adobe y entramados de madera, una arquitectura que nos recordará a la vecina comarca de Las Hurdes. Además de la Parroquia de La Asunción, merece la pena conocer su museo del Aceite, donde se ha recuperado su antiguo molino con el que se prensaba la aceituna para obtener el aceite.

Santibáñez el Alto

Con su estratégica ubicación, ofrece una de las panorámicas más bonitas de la comarca, en la que se incluye el embalse del Borbollón y la Torre de la Almenara.

En la cima nos espera su Castillo (siglos IX y X) o alcázar, ya que su origen es musulmán. Hoy todavía se conserva un patio y una de las torre. Pero sin duda lo mejor del castillo son sus vistas donde podemos contemplar casi todas las poblaciones de la Sierra de Gata y de las Vegas de Coria. Además de la Torre de la Almenara, símbolo de la Sierra de Gata, visible, prácticamente desde cualquier punto de la comarca.

Gata

Nuestra siguiente parada es el pueblo de Gata, sin duda es el municipio que más simboliza la esencia de la arquitectura, el paisaje, la gastronomía y, en definitiva, lo que representa la Sierra de Gata. Es por esto, que es esta región de Cáceres se llama la Sierra de Gata.

No por casualidad el casco urbano de Gata está declarado Conjunto Histórico de Interés Cultural. Tan sólo otros cuatro pueblos de la Comarca comparten esta denominación: Trevejo, San Martín de Trevejo, Robledillo de Gata y Hoyos. El conjunto urbano de Gata es, sencillamente auténtico.

Embalse de Borbollón

Tras pasar Santibáñez el Alto, a 10 kilómetros de Moraleja, encontramos el embalse de Borbollón. Un gran lago donde la afición por la ornitología y la pesca se aúnan con el baño y los deportes náuticos, constituyendo un oasis de aguas claras y serenas.

 

Construido en 1954, está asentado en un paraje llamado El Borbollón, llamado así debido a una fuente que manaba a borbotones. El embalse está declarado como Zona de Especial Protección para la Aves por la importancia de su avifauna tanto en primavera como en invierno.

Uno de los elementos más característicos es la isla de Parra Chica, localizada casi en el centro del embalse. Los árboles de dicha isla acogen en primavera una importante colonia de garzas, cigüeñas blancas y milanos negros.

Hoyos

Seguimos nuestro recorrido por la Sierra de Gata hasta llegar a Hoyos, uno de los pueblos más curiosos de la ruta, ya que a pesar de su pequeño tamaño (menos de 600 habitantes) es por su situación céntrica la capital administrativa de la Sierra de Gata. Aquí encontramos los juzgados, el notario, el instituto o cualquier otro organismo administrativo. A esto hay que añadir el esfuerzo de sus vecinos por recuperar su arquitectura tradicional que le ha hecho tener uno de los cascos urbanos más atractivos de la comarca.

El casco histórico se distribuye en torno a la Iglesia del Buen Varón, que enmarca tres grandes plazas: la de la Constitución, la Mayor y la de Gabriel y Galán o “el Coso” (antigua plaza de toros).

Rutas en Sierra de Gata

Salimos desde la Plaza Mayor de Gata, tomamos la calle del Negrón hasta llegar a una calleja que sale a nuestra izquierda en cuyo inicio hay un panel informativo de la Torre de la Almenara. Desde este punto ascendemos dejando atrás las huertas del pueblo hasta adentrarnos en el robledal, salpicado de castaños, pinos y algunos alisos.

Al salir del bosque ya divisamos la torre sobre su mole de granito. La subida hasta la almenara se hace por una senda marcada. Llegados arriba disfrutaremos de las increíbles vistas de la Sierra de Gata, de frente Jálama y toda la frontera con Portugal, al sur el embalse del Borbollón y si el día está despejado los llanos de Cáceres, a nuestra espalda el valle del Árrago, a nuestros pies el pueblo de Cadalso y al fondo las lejanas cumbres de Gredos.

Trevejo

Tras pasar Villamiel y subir por una sinuosa carretera, llegamos a Trevejo, un pequeño pueblo parado en el tiempo. Apenas un puñado de casas diseminadas en un terreno pedregoso y con unas vistas envidiables de 365 grados.

En un extremo encontramos las ruinas de un castillo de origen árabe rodeado de tumbas antropomórficas de los que pudieran ser sus antiguos morados del castillo.

San Martín de Trevejo

Llegamos casi a la frontera de la Sierra de Gata con Portugal, aquí nos espera San Martín de Trevejo, un pueblo precioso con una arquitectura popular de casas de adobe, entramados de madera y piedra. Sin duda uno de los pueblos más bonitos que ver en la Sierra de Gata.

San Martín de Trevejo tiene varias singularidades, por un lado los pequeños canales (regaderas) que cruzan las calles del casco viejo por donde y que alimentan el río Jálama. Pero quizás, lo más interesante, es que sus habitantes tienen un dialecto propio. Una mezcla entre el gallego y el portugués denominado A Fala, y que aún se utiliza aquí, en Valverde del Fresno y en Eljas.

Penamacor

A 40 km de San Martín de Trevejo cruzando la frontera portuguesa, encontramos Penamacor, ubicada dentro de la Reserva Natural da Serra de Malcata, y presidida por una fortificación del siglo XII, que desempeñó un papel importante en la defensa de la frontera desde los inicios de Portugal.

Además del castillo amurallado, con una bonita torre del homenaje y una torre del reloj, en la villa destacan otros monumentos como la Iglesia Mayor de São Tiago, la de la Misericordia (siglo XVI), la de San Pedro, la picota del siglo XVI, el antiguo Paço del Ayuntamiento de estilo manuelino, la pequeña judería, el convento de São Antonio (siglo XVI) y el Jardín de la República.

Sin olvidarse de que uno de los principales valores de Penamacor es la Reserva Natural de la Sierra de Malcata, cuya sede está en la población, donde habitan especies en peligro de extinción como el lince ibérico, el lobo, o la nutria.

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