La isla de Lanzarote es todo un paraíso. Prácticamente cualquier visitante encuentra en ella un espacio único para disfrutar de su estancia, tanto si le gusta relajarse como hacer deportes acuáticos o disfrutar con los peques de la casa en sus magníficas playas.
Eso sí, alojarte en familia no es sencillo pues los clásicos hoteles tienden a poner limitaciones a los peques en temas de ruido, a no ser que hablemos de un “todo incluido” pero a muchas familias se les va de la mano el presupuesto para este tipo de hoteles resort que suelen tener incluso parque acuático dentro de sus instalaciones. Lo más recomendable es alquilar un alojamiento unifamiliar con el fin de evitar molestias y que los niños disfruten a sus anchas. Nuestra recomendación es Suite Isabela, una villa con piscina privada en Lanzarote frente al mar donde no habrá problemas con nada.
Con niños
La naturaleza volcánica de la isla, con sus paisajes lunares, fascinarán a los más pequeños -y no tan pequeños- de la casa. Sin olvidarnos de sus paradisíacas playas, que harán las delicias de toda la familia. Las dimensiones de la isla, con unos 850 km2, facilitan la movilidad y permiten desplazarnos de un punto a otro sin tener que hacer largos trayectos. La suavidad de su clima y la tranquilidad que se respira son otros de los elementos que han convertido Lanzarote en uno de los principales destinos family friendly. Estas son algunas de las visitas que no puedes perderte si estás en la isla. ¡Toda la familia se lo pasará en grande!
Caletón Blanco
Esta es una playa perfecta para que los “chinijos”, que así llaman en Lanzarote a los peques de la casa, disfruten de lo lindo mientras sus progenitores pueden relajarse sin tener que estar pendientes de los peligros del oleaje. Y esto es así gracias a la protección que ofrecen las coladas de lava que forman numerosos charcos donde, además de disfrutar de un tranquilo baño, los críos se entretienen escudriñando la vida que surge entre las rocas y las especies que nadan en estas aguas cristalinas, como burgados, cabosos, camarones o cangrejos. La playa, cuya arena de intenso color blanco contrasta con el negro manto del malpaís volcánico, es casi una piscina natural cuando baja la marea, por lo que se convierte en un exótico refugio para seguir viviendo intensas aventuras sin la amenaza del mar abierto.
Costa de Papagayo
Los amantes de la naturaleza tienen en la Costa de Papagayo, en el extremo sur de la isla, un pequeño paraíso para perderse. Se trata de una zona completamente virgen y protegida, que cuenta con pequeñas y tranquilas calas de arenas blancas y aguas cristalinas. Una de las más populares es la de Papagayo, una parada obligada si estás en la zona. No en vano está considerada “la joya de la corona”.
Parques temáticos
Jugar en el agua, un viaje en el tiempo al lejano Oeste, contemplar las mil y una espinas de los cactus o visitar el acuario más grande de las Islas Canarias son algunas de las experiencias que nos ofrecen los parques temáticos más destacados de Lanzarote.
Las atracciones acuáticas de Acuapark Costa Teguise están diseñadas para que los peques disfruten de un día inolvidable, en el que gigantescos lagos, zigzagueantes toboganes, castillos hinchables y camas elásticas se encargarán de sacarles la sonrisa en todo momento.
Por otro lado, la diversión y el entusiasmo se dan la mano en el Rancho Texas Lanzarote Park de Puerto del Carmen, porque viajaremos en familia al lejano Oeste para aprender a echar el lazo, encontrarnos con las minas de oro y las casas de madera típicas, ¡hasta una reserva india! Sin olvidar la sorpresa que iluminará los ojos de los pequeños al ver de cerca animales exóticos como cocodrilos, mapaches, leones marinos, águilas e, incluso, tigres.
Además, en el Acuarium Lanzarote Costa Teguise viajarán a las profundidades de los fondos marinos a través de un millón de litros de agua, repartidos en 33 acuarios, así como un túnel subacuático donde se puede apreciar la original forma de nadar de los tiburones, y sus mandíbulas. Destacan las especies autóctonas como las morenas, los sargos y las fulas, que nadan junto a especies tropicales como el pez payaso, anémonas, peces globo o dragones de fuego.
Y no se puede olvidar el Jardín de Cactus de Guatiza, en Teguise, diseñado por el artista César Manrique, que por su originalidad despertará la curiosidad de los niños y las niñas. ¡Jamás habrán visto tanta variedad de cactus! En total, el jardín acoge alrededor de 4500 ejemplares de 450 especies diferentes de cactus llegados desde los cinco continentes.
Si a todo eso le sumamos arena, agua, sol y muchos juegos la experiencia en familia será todo un éxito. ¿Te apuntas?