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¿Qué hacer cuando un miembro de la familia está perdiendo la memoria?

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La llegada de la edad dorada trae consigo la pérdida de varias de las capacidades de nuestro cuerpo, nuestras habilidades motoras dejan de ser las mismas y las conexiones que mandan información dentro de nuestro cerebro comienzan a fallar más de la cuenta, resultando en confusiones y pérdidas de la memoria grave.

Así, muchos ancianos sienten que su vida y sus recuerdos se le van escapando de las manos, y es cuando más necesitan del apoyo de sus familiares y seres queridos para enfrentar este nuevo reto y encontrar la felicidad en esta etapa.

Por eso, si un familiar en casa presenta síntomas de pérdida de memoria, debes informarte sobre todo lo que puedes hacer para ayudarle.

¿Cómo funciona nuestra memoria?

La memoria no es más que  es la capacidad que nos permite mantener información de manera activa en nuestra cabeza y usarla en nuestro día a día. Sin embargo,  no solo apelamos a esta herramienta cuando aprendemos algo nuevo, sino también cuando realizamos actividades prácticas y de rutina como podría ser hablar por teléfono mientras preparamos algo en la cocina.

A su vez, existen distintos tipos de memoria como:

  • La memoria a corto plazo: donde almacenamos la información durante un periodo de tiempo corto, como por ejemplo cuando intentas memorizar un número de teléfono o aprender un nombre nuevo.
  • La memoria a largo plazo: donde almacenamos información más compleja durante un periodo de tiempo más prolongado, cómo por ejemplo, algún nuevo concepto, o algún suceso de tu vida. 

¿Qué pasa cuando perdemos la memoria?

La pérdida de memoria sucede cuando nuestro cerebro no es capaz de acceder a la información que le demandamos.Esto no quiere decir que la información ya no esté allí, lo que sucede es que no podemos encontrarla. La realidad es que, al igual que nuestro cuerpo, nuestro cerebro también envejece y va perdiendo facultades.

De hecho, es un problema tan común en la tercera edad, que según un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) “el número de personas que padecen demencia se triplicará en los próximos 30 años”.

Con frecuencia, la pérdida de memoria es considerada un síntoma inequívoco de demencia senil, la cual es una enfermedad que comprende una variedad de otros síntomas, como el deterioro de la memoria, razonamiento, juicio, lenguaje y otras habilidades de pensamiento durante el envejecimiento.

Sabemos que nuestro ser querido está teniendo pérdidas de memoria cuando tiene los siguientes síntomas:

  • Suele perder objetos personalesde forma habitual.
  • Se le dificulta encontrar las palabras adecuadas para expresarse.
  • Repite las mismas preguntas una y otra vez.
  • Se pierde en lugares que conoce bien.
  • Le cuesta recordarcitas o encuentros.
  • Olvida palabras comunes.
  • Confunde palabras, como por ejemplo “cama” en vez de “mesa”.
  • Deja objetos en los lugares equivocados, como por ejemplo, las gafas dentro de la nevera.
  • Tiene cambios de humor sin razón aparente.

Una vez llegados a este punto, podemos estar lidiando con dos tipos de pérdida de memoria diferentes:

  • La transitoria: es aquella en la que se olvida temporalmente alguna información pero que vuelve más tarde a nuestra memoria. Puede deberse a la toma de ciertos medicamentos o de forma natural, como nos sucede a todos, incluso en nuestros años jóvenes, cuando olvidas el nombre de una persona o una dirección. 
  • La permanente: este caso es más serio, ya que el olvido de la información es de forma permanente. Por consiguiente, se hace imposible llevar una vida plena y productiva, en la que podemos trabajar de forma independiente y mantener una vida social activa.

¿A qué se debe la pérdida de memoria?

Aunque la pérdida de memoria está directamente relacionada con la llegada de la vejez, si existen varios factores que pueden estar detonando esta enfermedad, incluso en personas jóvenes. Algunas son:

  • Problemas de salud: puede pasar que la pérdida de memoria se deba a la ingesta de ciertos medicamentos y sus efectos secundarios sobre nuestro organismo. Es muy común ver que algunas personas sufren de pérdida de memoria a causa del abuso dl alcohol, problemas con el tiroides, la falta de oxígeno en la cabeza debido a un ictus, tratamientos como la quimioterapia o la radioterapia, entre otros.
  •  Envejecimiento: como ya hemos explicado anteriormente, la vejez es uno de los principales detonantes de la pérdida de memoria, puesto que en esta etapa nuestro organismo se vuelve más débil y vulnerable. Sin embargo, este mal no solo afecta a los adultos mayores, sino que también podemos ver su incidencia en personas jóvenes. Si estas pérdidas de memoria se vuelven severas se trata un deterioro cognitivo leve y si es más exagerado, nos encontraremos con un caso de demencia.
  •  Alzheimer: esta es una enfermedad bastante frecuente en la tercera edad que implica un deterioro progresivo grave de las facultades mentales de quien la padece. Al principio los olvidos no impiden que el adulto mayor realice sus actividades diarias con total normalidad; sin embargo, mientras la enfermedad va avanzando, los olvidos aumentan y se vuelven más severos, haciendo imposible que pueda desarrollar sus actividades de rutina de forma independiente.  
  •  Problemas emocionales, estrés o ansiedad: cuando pasamos por etapas llenas de una alta carga emocional, donde nos encontramos bajo mucho estrés o incluso, estamos experimentando ansiedad, podemos comenzar a tener pérdidas de memoria. Esto porque las emociones muy intensas hacen que nos centremos en determinados hechos o personas y nos olvidemos de otras.
  •  Deterioro cognitivo leve: se trata de una pérdida de memoria leve que se da en ciertas y determinadas circunstancias y que no afecta la realización de nuestras actividades de la vida diaria. Sin embargo, este puede ser unpreaviso de demencia.
  •   Demencia: como ya lo hemos explicado anteriormente, este suele ser un problema muy común en las personas ancianas y se debe a la aparición de problemas cognitivos, como la pérdida del habla.
  •  Cargas emocionales fuerte: se trata, por ejemplo, de cuando pierdes a un ser querido y caes en una etapa de depresión fuerte, lo que puede llevar a  las personas ancianas a experimentar pérdidas de memoria. En este caso en particular, hay que tener mucho cuidado y vigilar los síntomas de cerca, porque por lo general suele confundirse con un caso de demencia o Alzheimer.

¿Qué se puede hacer para prevenir la pérdida de memoria?

Nuestros amigos de Agencia Sant Pau, profesionales especialistas en el cuidado de adultos mayores, nos facilitan una serie de consejos que podemos seguir para ayudar a nuestro ser querido con pérdida de memoria:

Las primeras personas en notar este tipo de problemas son los familiares y seres queridos del adulto mayor, mientras que la persona afectada no podrá reconocer los síntomas ni diagnosticar su condición por si sola. Por eso, si notas algún síntoma de pérdida de memoria grave, lo primero que debes hacer es hablarlo con tu familiar y animarlo a visitar a su médico de confianza para que pueda darle el diagnóstico más adecuado y la forma en la que debe proceder ahora.

Sin embargo, esto no es tan sencillo como suena, puesto que para las personas afectadas es muy difícil aceptar la perdida de sus habilidades y pueden caer en negación o depresión, evitando la ayuda de los demás.

En este caso, te recomendamos que al hablar, intentes utilizar  buenos términos, tener paciencia y buen tono en las palabras usadas. Es importante en que la persona con pérdida de memoria se sienta apoyada, querida y atendida en todo momento, ya que el cariño que reciba de parte de sus seres queridos es pieza clave para su mejora.

Por otro lado, para ayudar a prevenir la pérdida de memoria,  hay ciertos consejos que podemos seguir, como por ejemplo, ejercitar el cerebro. Nuestro cerebro tiene la capacidad de adaptarse al uso que le damos y lo podemos ir entrenando como cualquier otro músculo, lo que quiere decir, que mientras más lo uses, mejor funcionará.

Por lo mismo, la actividad mental y los aprendizajes nuevos favorecen su desarrollo. Si estimulamos la capacidad de atención y memoria, estaremos un paso más adelante en nuestros intentos de retardar los efectos más nocivos del paso del tiempo. Para esto podemos:

  • Tener un sueñoconstante y programado.
  • Seguir una buena dieta.
  • Realizar ejercicio físico 
  • Mantener una vida social activa.
  • Realizar actividades cognitivas como leer, escribir, ir al cine, jugar a juegos de mesa, hacer sopas de letra o crucigramas.

Para ser un poco más específicos, buscamos estimular los sentidos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) de una forma en la que estén involucrados también los procesos cognitivos (como la memoria o el lenguaje)y, que sea complementado con elementos emocionales, motivacionales y sociales(como el afecto de la familia),  permitiéndonos desarrollar una correcta y completa rutina para estimular los recursos cognitivos del adulto mayor afectado.

Así, estamos ejercitando nuestro cerebro, evitando que se atrofie y deje de funcionar. Además, y como dijimos anteriormente, se debe buscar la ayuda de un especialista, como un neurólogo, logopeda o terapeuta ocupacional. Esto porque nos pueden ayudar a seguir actividades y rutinas que nos ayuden a luchar contra la condición y mantener una vida diaria lo más independiente y funcional posible. Todo esto sin olvidar el apoyo de todos los miembros de la familia, que con su cariño y paciencia ayudarán al enfermo a realizar todas aquellas actividades que repercutan de forma muy positiva en la evolución de la enfermedad.

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