Los instrumentos que más aprenden a tocar los niños.

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Muchos padres están ilusionados con que sus hijos aprendan a tocar un instrumento musical. Si eres uno de ellos, este artículo te interesa. Te presento los instrumentos que más aprenden a tocar los niños.

Algunos padres pensamos que la música es una disciplina importante para el desarrollo intelectual de nuestros hijos. En nuestro país, por desgracia, la música no está incluida en los planes de estudio oficiales. En algunas escuelas aparece como una actividad extraescolar. Sin embargo, esto no sucede a nivel popular. Un ejemplo de ello son los pueblos de Valencia. Donde en cada municipio existe al menos una banda de música, con un local social, donde enseñan a los niños desde pequeños una base de solfeo y después lo instruyen en el dominio de un instrumento. Cuando el niño va progresando, si así lo desea, puede inscribirse en la banda.

Los niños suelen ser bastante receptivos para la música. Desde preescolar les enseñan a memorizar aprendiéndose canciones. Les gusta cantar y bailar, escuchan música en casa, y en algunos casos se les despierta el gusanillo de aprender a tocar un instrumento.

El aprendizaje musical les educa en una serie de principios importantes para su formación. Valores tales como el esfuerzo, la constancia y la disciplina. Llegar a dominar un instrumento lleva muchas horas de trabajo. Sin embargo, se trata de una tarea reconfortante. Después de todo el trabajo invertido, el niño aprecia cómo ha llegado a tocar una canción o una melodía con su instrumento. Algo que le sube la autoestima y le estimula para ir creciendo como persona.

Tocar un instrumento es una carrera sin fin. Hasta los músicos profesionales están aprendiendo continuamente. Si al niño le gusta tocar, la música se convertirá para él en un elemento motivador. Un área de desarrollo permanente que le ayudará a ir superándose día a día.

A la hora de escoger el instrumento que quiere aprender a tocar tu hijo es importante escuchar su opinión. Si nosotros sabemos de música, podemos orientarle. La web infantil «Semillitas» presenta en un artículo los instrumentos musicales preferidos para los niños. Son estos:

El piano.

El piano es uno de los instrumentos más completos que existen. Permite tocar la melodía y la armonía al mismo tiempo. Es un instrumento de cuerda con un componente de percusión. Al pulsar una tecla, esta activa un percusor que golpea la cuerda, lo cual resulta llamativo para los niños. El piano tiene la ventaja de cada tecla, se corresponde con una nota musical en una tonalidad determinada. Para tocarlo, se hace manteniendo una postura ergonómica. Sentado en una silla, con los brazos extendidos, como si estuvieras delante de un escritorio. Sin tener que forzar la postura de la mano y de los dedos, como sucede con otros instrumentos como la guitarra o el violín.

Aprender a tocar el piano desarrolla la sincronización entre las dos manos, la psicomotricidad fina, la concentración, la memoria, agudiza el oído y estimula la creatividad.

Durante mucho tiempo, el piano ha sido un instrumento prohibitivo. Solo al alcance de personas con un cierto nivel adquisitivo, debido a la carestía del instrumento, que era prácticamente un mueble. Las personas que les apetecía tocar el piano y no podían costárselo, tenían que conformarse con tocarlo en una iglesia o en un centro social, pero no podían practicar en casa. Hoy en día se pueden comprar pianos y pianolas más económicas y teclados eléctricos que conservan el teclado de un piano.

También, antes, para aprender a tocar el piano, había que introducirse en una prolongada formación musical que incluía una formación teórica extensa antes de aprender a tocar el instrumento. Hoy, el aprendizaje del piano es más accesible y directo. Pilar nos cuenta como inscribió a su hijo en clases de piano impartidas por la profesora rusa Kristina Kryzanovskaya en Alicante, adquiriendo un nivel bastante alto, sin necesidad de pasar por el conservatorio.

La flauta.

La flauta es el instrumento habitual escogido por los colegios para enseñar música. Se debe fundamentalmente a dos razones. Es fácil de transportar y es un instrumento económico.

La flauta se introduce en la mochila del niño y a penas ocupa espacio. La puede tener guardada ahí durante todo el día, sin que le estorbe y sacarla cuando empiece la clase de música.

Las flautas que se utilizan en los colegios son de PVC. No pesan, no se rallan y son resistentes a los golpes. Es un instrumento al alcance de todos los bolsillos. Son económicas y no suponen un coste importante para los padres que ya han invertido bastante dinero en la compra del material escolar.

En cierto modo, la flauta es un instrumento sencillo de tocar. Lo activas con el aire de la respiración y moldeas las notas, colocando los dedos de una determinada forma, tapando los agujeros.

Aun así, practicando con la flauta, el niño va desarrollando la psicomotricidad fina de los dedos, aumenta la concentración, agudiza su oído y potencia la memoria.

En pocas semanas de práctica, un niño de primaria, puede llegar a tocar melodías sencillas con la flauta y acompañar a otros instrumentos como la guitarra o el piano. Esto supone un aliciente que potencia la autoestima del alumno.

Con la flauta, el niño aprende a interpretar melodías y a seguir el ritmo. Es un instrumento bastante versátil, ya que debido a la dulzura de su sonido, puede acompañar sin problema el canto y a cualquier otro instrumento.

La guitarra.

Para un niño, tocar la guitarra es una ventana al mundo de los adultos. Cuando aprende a tocar este instrumento es como si se hubiera hecho grande.

En las comunidades gitanas, donde la música está presente en el día a día, los niños se aficionan a tocar la guitarra para entrar de pleno derecho en el grupo de los mayores. Acostumbrados a cantar durante todo el día y a montar una fiesta con cante y baile en la primera ocasión que se presente, los gitanos aprecian mucho a los guitarristas. Tanto como a un niño que se lance a cantar por bulerías o a una niña que se ponga a bailar con arte.

Los padres que crecimos durante los años 80 y 90, seguíamos a grupos y cantantes que tocaban acompañados de una guitarra, bien fuera eléctrica o acústica. Sin pretenderlo, esta es la música que hemos inculcado a nuestros hijos. Algunos de nosotros tenemos una guitarra en casa de cuando intentamos aprender a tocarla, emulando sin éxito a nuestros ídolos musicales. En estos casos, a los niños les llama la atención la guitarra. Es una forma de conexión con sus padres.

La guitarra es un instrumento fácil de transportar. Se sincroniza bien con la voz. Si un adolescente o un adulto se presentan con una guitarra en una reunión de amigos, aunque solo sepa tocar 6 acordes, se convierte en el rey de la fiesta.

Es un instrumento bastante popular. Para tocarlo no es imprescindible saber solfeo, ni saber leer una partitura. Quizás sea el instrumento donde más tutoriales, métodos de aprendizaje e instrucciones para tocar existan. Sin demasiado esfuerzo, puedes encontrar por internet tablaturas que te indican que cuerdas y trastes pisar para interpretar cualquier canción que se te ocurra. Sin embargo, aprender a tocar la guitarra no es un ejercicio sencillo. Requiere de mucha práctica. Aunque como hemos dicho, es bastante agradecido, ya que despierta una gran simpatía social.

La batería.

Dice el blog Musicopolix que la batería vuelve loco a los niños porque con ella descargan adrenalina a raudales. Casi sin darse cuenta, el niño está haciendo ejercicio y participando en una actividad que para él es como un juego.

La batería enseña al niño a seguir el ritmo. De hecho, es la percusión quien marca el ritmo de las canciones. Potencia la coordinación de las extremidades y fomenta el desarrollo psicomotor. Es un instrumento muy inspirador. Una vez que el niño sabe marcar el compás con la caja y el bombo, busca ejercicios cada vez más complicados. Introducir más toques de baqueta o tocar cada vez más rápido. Esto le anima a ir superándose.

Igual que la batería le resulta atractiva a los niños, no le parece agradable a muchos padres. En primer lugar, porque es un instrumento ruidoso. Mientras el niño pasa horas y horas practicando con la batería, puede estar produciendo dolores de cabeza a los padres o generando malestar entre los vecinos.

Por otro lado, una batería de jazz, que es de las más sencillas, no deja de ser un instrumento aparatoso. Es cierto que se puede colocar en un rincón, pero necesitas montar el bombo, los dos timbales, la caja y el plato. Tampoco se trata de los instrumentos más económicos, ni de los más fáciles de transportar.

De todos modos, si tienes posibilidades de poner una batería en tu casa o en un garaje, si al niño le gusta, disfrutará de lo lindo practicando con ella. E incluso, se puede plantear montar un grupo en un futuro.

Desde luego existen más instrumentos que aprenden a tocar los niños: la trompeta, el clarinete, el violín, la armónica, pero estos son los más populares.

 

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