A veces, cuando pensamos en la salud mental, nos vienen a la cabeza imágenes de hospitales, consultas, medicamentos y terapias. Es normal, porque eso es lo que primero que solemos ver en las películas o series.
Pero hay algo que no siempre se menciona y que puede marcar la diferencia: la relación entre la naturaleza y el bienestar de quienes padecen trastornos de psicosis.
No soy profesional de la salud ni convivo con alguien que sufra estas enfermedades, pero el tema me ha llamado la atención y he querido investigarlo a fondo.
Si tienes un familiar o un amigo con un trastorno de este tipo, quizás este artículo te ayude a entender un poco mejor cómo acompañarlo en su día a día.
¿Qué es una psicosis y qué tipos existen?
Cuando hablamos de psicosis, nos referimos a un grupo de trastornos mentales que afectan la percepción de la realidad. Las personas que los padecen pueden tener alucinaciones (ver u oír cosas que no están ahí), delirios (creencias falsas pero muy firmes) y dificultades para distinguir lo real de lo irreal.
Ahora bien, no hay un único tipo de psicosis, sino varias formas que pueden manifestarse de diferentes maneras.
Esquizofrenia
- Definición: Es el trastorno psicótico más conocido. Se caracteriza por episodios en los que la persona pierde el contacto con la realidad.
- Síntomas: Alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado, aislamiento social, dificultad para expresar emociones.
- Causas: No se conoce una causa exacta, pero se cree que hay una combinación de factores genéticos, químicos y ambientales.
- Tratamiento: Medicación antipsicótica, terapia psicológica y apoyo social.
Trastorno esquizoafectivo
- Definición: Es una combinación entre esquizofrenia y trastornos del estado de ánimo, como la depresión o el trastorno bipolar.
- Síntomas: Mezcla de síntomas psicóticos con episodios de depresión o manía.
- Causas: Factores genéticos y desequilibrios químicos en el cerebro.
- Tratamiento: Antipsicóticos, estabilizadores del estado de ánimo y terapia psicológica.
Trastorno delirante
- Definición: La persona cree en cosas que no son reales, pero sin otros síntomas como alucinaciones o pensamiento desorganizado.
- Síntomas: Creencias falsas persistentes (como pensar que alguien los persigue sin pruebas reales).
- Causas: Puede estar relacionado con el estrés, problemas neurológicos o traumas.
- Tratamiento: Psicoterapia y, en algunos casos, medicación.
Psicosis inducida por sustancias
- Definición: Se produce por el consumo de drogas o alcohol.
- Síntomas: Alucinaciones, paranoia, cambios de comportamiento.
- Causas: Uso de sustancias como el LSD, la cocaína o el alcohol en exceso.
- Tratamiento: Desintoxicación, terapia y en algunos casos medicación.
Trastorno psicótico breve
- Definición: Episodio psicótico de corta duración que suele aparecer después de un evento altamente estresante o traumático.
- Síntomas: Alucinaciones, delirios, habla desorganizada, comportamiento extraño o catatónico.
- Causas: Estrés extremo, traumas emocionales, predisposición genética.
- Tratamiento: En muchos casos, el episodio desaparece por sí solo, pero puede requerir medicación antipsicótica y apoyo psicológico para evitar recaídas.
¿Cómo afecta la sociedad y las multitudes a este tipo de enfermedades mentales?
La vida cotidiana puede ser un reto enorme para alguien que padece psicosis. El ruido, las multitudes, la velocidad con la que todo sucede… Si todo esto ya resulta angustiante para nosotros, imagínate para ellos. A veces, salir a la calle y enfrentarse al caos del día a día no solo les resulta incómodo, sino que puede intensificar sus síntomas y generar un estrés difícil de manejar para ellos.
Las multitudes, por ejemplo, pueden hacer que la ansiedad se dispare. Si ya de por sí cuesta distinguir qué es real y qué no para ellos, estar rodeado de gente, con tantas conversaciones y estímulos a la vez, puede hacer que todo parezca aún más confuso. Es normal que, en estas situaciones, prefieran evitar ciertos lugares o buscar espacios más tranquilos.
Además, la presión social no ayuda. Sentirse juzgado o incomprendido puede hacer que se aíslen aún más. Por eso, es tan importante que como sociedad aprendamos a ser más empáticos y a crear entornos donde puedan sentirse seguros.
Consejos de un terapeuta para hacer su vida más fácil
La Clínica Uzal, especialistas en psiquiatría y salud mental, nos ofrecen algunos valiosísimos consejos para poder mejorar la calidad de vida de las personas que padecen estos trastornos:
- Mantener una rutina estable.
- Evitar situaciones de estrés extremo.
- Fomentar la comunicación tranquila y sin presión.
- Respetar su espacio y sus tiempos.
- Acompañarlos en el tratamiento, pero sin forzarlos.
La naturaleza y su paz es una aliada para estas personas
La naturaleza es un refugio para muchas personas, pero para alguien con psicosis puede ser mucho más que eso. El simple hecho de alejarse del ruido, respirar aire fresco y rodearse de verde puede traer una sensación de calma que pocas cosas ofrecen. En medio del caos del día a día, encontrar un espacio tranquilo en la naturaleza puede ser como un respiro necesario.
Se ha demostrado que estar en contacto con espacios verdes ayuda a reducir la ansiedad y el estrés. Algo como caminar por un parque, escuchar el sonido de los pájaros o sentir la brisa en la piel puede marcar una enorme diferencia en el estado de ánimo. Es un estupendo momento para desconectar de los estímulos que les desbordan y reconectar con uno mismo.
Por eso, siempre que sea posible, buscar esos ratos en la naturaleza puede ser un gran apoyo. A veces, solo con sentarse bajo un árbol y dejarse llevar por el entorno, el mundo parece un poco más manejable.
Actividades en la naturaleza con personas muy cercanas para que lo sobrelleven mejor
Pasar tiempo en la naturaleza acompañado de personas cercanas puede ser de gran ayuda para quienes viven con psicosis.
Aquí te dejo algunas actividades beneficiosas y sus efectos positivos:
- Paseos tranquilos: Caminar por un parque o bosque sin prisa permite relajarse, desconectar del ruido y centrarse en el presente. La naturaleza ayuda a reducir la ansiedad y aporta sensación de calma.
- Jardinería: Cuidar plantas, flores o un pequeño huerto fomenta la paciencia y la conexión con la vida. Además, el contacto con la tierra puede ser terapéutico y aportar una sensación de logro.
- Escuchar los sonidos de la naturaleza: Prestar atención al agua de un río, los pájaros o el viento en los árboles puede tener un efecto meditativo, ayudando a calmar la mente y reducir la sobrecarga sensorial.
- Picnics relajados: Comer al aire libre en un entorno tranquilo permite disfrutar de la comida sin distracciones, favoreciendo la conexión con los demás y el bienestar emocional.
- Ejercicios de respiración en espacios verdes: Respirar profundamente rodeado de naturaleza mejora la concentración, reduce la ansiedad y ayuda a estabilizar las emociones.
- Pintura al aire libre: Dibujar o pintar en un entorno natural permite expresar emociones sin presiones, ayudando a liberar tensiones y fomentar la creatividad.
- Yoga en la naturaleza: Practicar yoga en espacios verdes combina movimiento y calma, promoviendo estabilidad emocional y mejorando la conexión con el cuerpo.
- Nadar en un lago o el mar: El agua proporciona una sensación de libertad y relajación profunda, ayudando a soltar tensiones y mejorar el estado de ánimo.
- Observar las estrellas: Mirar el cielo nocturno en un ambiente silencioso favorece la introspección y la paz interior, permitiendo desconectar de preocupaciones.
- Construcción de refugios naturales: Crear una pequeña zona de descanso con piedras y ramas proporciona una sensación de seguridad y arraigo, lo que puede ser reconfortante en momentos de ansiedad.
Cada una de estas actividades les ayuda a manejar la sobrecarga de emociones y a sentirse más a gusto, tanto consigo mismo como con su entorno.
En resumen, se trata de hacer su vida más fácil, menos ruidosa… y más verde
Vivimos en un mundo que, por desgracia, nunca se detiene. Ruido, prisas, luces, pantallas, multitudes… Todo sucede a una velocidad tan grande que apenas se nos deja espacio para respirar. Para cualquiera puede ser agotador, pero, para alguien con psicosis, esta sobrecarga de estímulos puede ser insoportable. Y, sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en ello.
El mundo va demasiado rápido para aquellos que necesitan más calma. Se espera que todos sean capaces de seguir el mismo ritmo, sin tener en cuenta que algunas personas necesitan más pausas, menos ruido, menos estímulos.
Para muchas personas con psicosis, ciertos lugares no son una opción porque saben que el bullicio y las multitudes pueden hacer que sus síntomas empeoren. Y, en lugar de encontrar comprensión, muchas veces se topan con miradas raras o con comentarios que duelen.
No podemos hacer que el mundo deje de girar tan deprisa, pero sí podemos cambiar pequeñas cosas. Más espacios tranquilos, menos ruido innecesario, más respeto por los diferentes ritmos de vida… La naturaleza, con su silencio y su forma de existir sin prisas, siempre está ahí como un refugio. Si aprendiéramos a darle más espacio a la calma y a respetar las necesidades de los demás, viviríamos en un mundo un poco más habitable para todos.
Es cuestión de empatía
No pretendo dar soluciones definitivas ni sustituir el consejo de un profesional, ni muchísimo menos, pero sí ofrecer una mirada más cercana y comprensible sobre cómo mejorar el bienestar de quienes padecen estos trastornos.
Si tienes un ser querido con psicosis, acompáñalo sin presión, respeta su espacio y, si es posible, invítalo a disfrutar de la calma que solo la naturaleza puede ofrecer.