La cama es uno de los muebles más importantes de nuestra casa. Del descanso nocturno que realicemos en ella depende el nivel de energía que vamos a disponer durante el día. No solo influye en cómo vamos a rendir en el trabajo, también en nuestra vida personal, en nuestro estado de ánimo y en nuestra salud. Elegir la cama adecuada es fundamental para tener una buena calidad de vida.
Para elegir la cama adecuada debemos atender a las dimensiones, el tipo de cama, el colchón y el somier.
Vamos a hablar de la cama, sí, no solo del colchón. Porque todo forma una unidad. Un mueble con diferentes accesorios que van orientados a facilitarnos un descanso reparador.
Explica el doctor Merril Mitler, experto en trastornos del sueño, a la revista editada por NIH (National Institut of Health) de EEUU, que dormir bien mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma o de otra. Esto incluye el equilibrio energético y molecular, la función intelectual, el estado de alerta y el estado del humor.
La perdida de sueño afecta a nuestro razonamiento, a nuestra concentración, a los reflejos y a la atención, a los detalles. La falta de sueño está en la base de algunos accidentes de trabajo, de circulación y domésticos que se producen.
Según Mitler, el descanso nocturno incide en gran parte de los aparatos del cuerpo humano: sistema inmunológico, respiratorio, en la salud cardiovascular y en las hormonas del crecimiento.
Durante la noche se reduce la presión arterial y se ralentiza la respiración. El cuerpo entra en modo de recuperación. Se liberan hormonas que ayudan a reparar las células y racionar el uso de la energía. Si no dormimos bien, esta regeneración no se produce y el deterioro en el organismo se va acumulando.
En ocasiones atribuimos la falta de sueño a las preocupaciones, al estrés. Sin embargo, en ello tiene mucho que ver la cama en la que dormimos. Si nuestro cuerpo no encuentra la postura adecuada, se mantiene en estado de vigilia. Podemos echar una cabezada, pero nos despertamos al poco tiempo. Nuestro cuerpo no se encuentra en un lugar cómodo.
Como consecuencia, vamos arrastrando el cansancio durante días, generando unas condiciones en nuestro organismo parecidas a la diabetes, aunque nos encontremos sanos.
Beneficios que debe reportarnos la cama adecuada.
Elegir la cama adecuada es esencial para mantener una buena salud y bienestar. Una de sus funciones principales es mejorar la calidad del sueño. Al dormir en una cama que se adapte a las necesidades individuales, se reducen los puntos de presión y se mejora la postura, lo que se refleja en un sueño más reparador y profundo.
Otro beneficio para la salud de elegir la cama adecuada es que puede aliviar el dolor de espalda. Las camas que son demasiado blandas o demasiado duras pueden causar dolor en la espalda y los músculos, lo que puede afectar la calidad de vida en general. Una cama adecuada ofrece un soporte correcto para la columna vertebral, lo que ayuda a prevenir el dolor y las lesiones. Una mala postura a largo plazo genera complicaciones como hernias de disco y desviaciones de columna.
A la hora de elegir una cama adecuada, es importante considerar las necesidades individuales de cada persona. Algunas personas pueden necesitar un colchón más firme o más suave, dependiendo de su peso y preferencias personales. Otras personas pueden requerir una almohada especial para reducir los puntos de presión en el cuello y los hombros.
Características de la cama.
Para escoger bien nuestra cama, debemos atender a una combinación de características. Estas son algunas de ellas:
- Tamaño: La cama debe ser lo suficientemente grande para acomodar a la persona o personas que la utilicen, ofreciendo suficiente espacio para moverse cómodamente durante la noche. Además, debe permitir que los brazos y las piernas se extiendan sin sentirse apretados o incómodos. Las camas grandes permiten adoptar posturas más relajadas y una mayor movilidad. Aunque existen tamaños preestablecidos, siempre debemos atender a que la cama tenga una longitud de entre 10 y 20 centímetros más que el cuerpo de la persona que va a dormir en ella.
- Firmeza: La firmeza del colchón es otra característica importante. Un colchón demasiado suave puede no proporcionar suficiente soporte para la columna vertebral, mientras que uno que es demasiado duro puede causar dolor de espalda y muscular. La firmeza ideal dependerá de las necesidades individuales.
- Tipo de colchón: Los colchones pueden ser de espuma, látex, muelles o híbridos. Cada tipo de colchón tiene sus propias características, lo que significa que la elección dependerá de las preferencias personales. En general, los colchones de espuma y látex suelen ser más suaves y proporcionan un mejor soporte para la columna vertebral, mientras que los colchones de muelles son más firmes y ofrecen más soporte para personas con problemas de espalda.
- Almohada: Además del colchón, la almohada es importante. Una almohada adecuada debe ser cómoda y proporcionar suficiente soporte para la cabeza y el cuello, lo que ayudará a prevenir dolor y Las almohadas pueden ser de diferentes tamaños y materiales, como plumas, espuma o látex. La elección dependerá de las preferencias y características personales. Hay personas que se sienten cómodos durmiendo con almohadas más altas y otros que las necesitan más planas.
- El somier. El somier es otro elemento fundamental de la cama. Es el soporte sobre el que descansa el colchón y, en última instancia, nuestra columna vertebral. Se ajusta al cuerpo del durmiente reduciendo la tensión en las articulaciones. Es el que va a distribuir el peso por toda la superficie del colchón. Antes se fabricaban con muelles, pero rompían los colchones y dañaban la espalda. En la actualidad están formados por listones de madera o de fibra de carbono con diferentes niveles de dureza. En las camas de matrimonio, en las que duermen dos personas, la revista Saber Vivir recomienda unir dos somieres individuales. De esta forma, el colchón se adapta mejor al peso y los movimientos de cada durmiente y proporciona un mejor descanso individual.
Tipos de cama.
Existen varios tipos de camas, cada una con sus propias características. Al elegir una cama, es importante tener en cuenta el espacio disponible, el estilo y la comodidad. A continuación, presentamos los tipos de camas más comunes:
- Cama de plataforma: Estas camas consisten en un marco bajo y sólido que soporta el colchón sin necesidad de un somier adicional. Son ideales para habitaciones pequeñas, ya que su diseño minimalista permite ahorrar espacio.
- Cama con dosel: Conocidas por sus postes altos y paneles decorativos, estas camas tienen un aspecto elegante y dramático. El dosel también puede proporcionar cierta privacidad y reducir el ruido. Son las clásicas camas de porte aristocrático que salen en las películas.
- Cama nido: Consisten en una cama principal y otra cama más pequeña que se puede guardar debajo de la cama principal. Son ideales para habitaciones de huéspedes o para niños cuando vienen a dormir sus amiguitos a casa.
- Litera: Estas camas tienen dos o más camas apiladas verticalmente, lo que las hace ideales para habitaciones compartidas. Son populares entre niños y jóvenes, pero también se pueden utilizar en dormitorios de adultos para ahorrar espacio. Se han utilizado tradicionalmente en albergues, cuarteles y cárceles, donde había que meter a mucha gente a dormir en una habitación con un espacio limitado.
- Canapé: Un canapé es una cama con un sistema de almacenamiento integrado debajo del colchón. Los comerciales de Tua Casa, una empresa fabricante y distribuidora de muebles, nos indican que es una solución adecuada a las viviendas modernas. Donde suele haber un espacio reducido y problemas de almacenaje. En el compartimento que hay debajo se puede guardar la ropa de cama o la ropa de temporada cuando se producen los cambios de estación.
En general, cada tipo de cama ofrece sus propias ventajas y desventajas, debemos elegir aquella que mejor cubra a nuestras necesidades, pero siempre supeditadas a las características saludables que vimos antes en el apartado anterior. En la cama, la comodidad va por delante de la estética.
Por último, para mantener la cama en perfecta condiciones es importante observar la limpieza del colchón, para evitar que se acumulen ácaros, cubrirlo con un protector que evite que se ensucie y dar la vuelta al colchón cada seis meses, para alargar su vida útil y que siga redistribuyendo el peso de nuestro cuerpo. Los colchones es necesario cambiarlos cada diez años.
Debemos atender al mantenimiento del somier. Asegurarnos de que no tiene láminas rotas o desgastadas. En algunos casos se pueden sustituir. Y apretar los tornillos y tuercas cuando sea necesario.
El mal estado del colchón y del somier puede hacer que no descansemos debidamente. Si no podemos solucionarlo con las tareas de mantenimiento, deberemos cambiar el elemento de la cama deteriorado. El desgaste de la cama es un proceso natural. Debe aguantar nuestro peso durante todas las noches y es normal que con el tiempo termine estropeándose.
Como hemos visto, la elección de la cama es determinante para tener una buena calidad de vida y cuidar nuestra salud.