De temporadas atípicas vamos a estar servidos en los próximos años ¿verdad? Que si el confinamiento, las fases de desescalada, la nueva normalidad, nueva normativa, prevención, de nuevo a las fases en algunos puntos de España y de nuevo al confinamiento en las ciudades con mayor incidencia del virus. ¿Qué tocará después? Pues de vuelta a la rueda, fases de desescalada, nueva normalidad y cruzar los dedos para que podamos llevar un control de la pandemia mejor que el que hemos llevado hasta ahora. Por eso, cuando dicen que hemos tenido un verano atípico, me da la risa.
Empezamos lo que es atípico en marzo, con el confinamiento, y luego hemos ido encadenando atipicidades una detrás de otra, sin parar. De hecho, hasta que no llegue la vacuna (y aun así no tengo yo muy claro qué pasará) me parece a mí que todo va a seguir siendo muy atípico.
Pensad en las próximas Navidades, sé que aún faltan dos meses pero ahora mismo Madrid está de coronavirus hasta los topes así que, si seguimos así, me parece que vamos a ver a muchas familias cenando separadas y brindando a través de videollamada, tanto en nochebuena como en Navidad. De hecho, no sabemos cómo se comporta realmente aún el virus este de las narices que nos está jodiendo el 2020, pero si nos ceñimos a cómo actúan otros virus que conocemos más, lo lógico es pensar que con el frío se activará con mayor virulencia y, por ende, las probabilidades de contagio de cara al invierno deberían ser mayores que las que hay ahora, y no es que la cosa esté muy tranquilita en este momento.
Por eso, y porqué sé que va para largo, hace ya tiempo que tomé la decisión de intentar hacer una vida lo más normal posible, con todas las medidas de precaución adoptadas por supuesto, y pasármelo bomba en familia todo lo que pueda. Y es que si no ¿qué nos queda? Puede que, desde marzo pasado hasta que todo esto se normalice de verdad, vayan a pasar un par de años, ¿qué tengo que hace, perder la infancia de mis hijos dos años? Pues va a ser que no.
Gel hidroalcohólico en el bolso, mascarillas puestas, sin tocar nada que no sea estrictamente necesario, manteniendo la distancia de seguridad y como si fuera un juego, así es como salgo con mis hijos a pasear, a comprarles ropa (porque sí, los niños crecen, se les queda pequeña la ropa y da igual si hay coronavirus o no porque tenemos que comprarles nueva), y por supuesto a hacer nuestras escapadas familiares.
Ocio y tiempo libre ¿por qué no?
Al principio pensamos que este verano era mejor quedarse en casa y planeamos un montón de actividades para hacer en familia, desde ir a la playa con todas las precauciones (sí, tengo suerte de vivir en la costa) hasta hacer barbacoas en espacios habilitados con la familia o ir paseando con el perrete y los niños a hacer rutas de senderismo.
La verdad es que estuvo bien, no tengo queja. Durante todo julio estuvimos haciendo rutas de senderismo los domingos, yendo a la playa entresemana por las tardes, sesión de juegos de mesa los viernes tarde-noche y sesión de cine familias los sábados. Los niños estuvieron bastante entretenidos y nosotros también. Sin embargo, cuando llegó agosto, y a pesar de tener en mente seguir con esa rutina que nos estaba yendo también, nos surgió la posibilidad de visitar las ciudades de Úbeda y Baeza junto a unos amigos. La idea era ir en coche hasta allí, para evitar contactos innecesarios en los medios de transporte públicos, y pasar 4 noches y 5 días descubriendo esas magníficas joyas medievales por las que parece que no haya pasado el tiempo.
Ambos sabíamos que no iba a ser el viaje preferido de nuestros hijos pero a nosotros nos apetecía mucho y como íbamos con los hijos de la otra pareja también, las posibilidades de que se entretuvieran eran muchas. Contratamos estas visitas guiadas a Úbeda y Baeza antes de partir y nos fuimos camino a la edad media en nuestro vehículo privado.
Os cuento esto, porque descubrí que hay un servicio que puedes contratar para que lleven tus maletas hasta el destino que tú les digas y en la fecha indicada, algo que viene muy bien cuando se viaja con 4 en el coche, un carrito de niño pequeño y un perro. A no ser que tengas una furgoneta es complicado meter, además de todo eso, las 4 maletas correspondientes con la ropa, cosas de aseo y medicinas de toda la familia. Y este método de transporte, el vehículo privado, ha sido uno de los más usados este verano (y lo seguirá siendo) porque es el más seguro frente a un posible contagio en un autobús, un avión o un tren con cientos de pasajeros.
Maletas por Avión llevó nuestro equipaje en avión hasta el aeropuerto de Granada-Jaén y desde allí en transporte por carretera hasta el hotel donde nos alojamos los 4 días en Baeza. Totalmente recomendable, sobre todo en la situación que estamos viviendo ahora.
Obviamente no es igual de cómodo que viajar los 4 en avión hasta la ciudad destino, coger un taxi hasta el hotel y despreocuparnos de todo, pero es que tal y como están las cosas me pareció una gran idea viajar en coche y mandar las maletas por separado.
Puentes a la vista
El caso es que la escapada nos salió tan bien que ya hemos programado dos viajes más. Uno para el puente del Pilar y otro en el puente de la Constitución. Por supuesto, lo bueno de todo esto, es que las empresas con las que reservas actividades o el alojamiento se comprometen (dadas las circunstancias) a devolverte el 100% del importe si al final no puedes hacer tu viaje por confinamiento obligado en tu localidad o porque tú misma, o un familias, ha sido contagiado y tiene que permanecer en cuarentena.
La primera de nuestras escapadas otoño-invernales es a San Javier, una localidad murciana, costera, donde hemos reservado el alquiler de un barco en con capitán en Náutica Jiménez para alejarnos de las concurridas playas y poder disfrutar de una jornada especial, en familia, en aguas cristalinas y sin nadie más alrededor.
La segunda de nuestras escapadas va a ser, de nuevo, al sur. Este es el año de Andalucía. La idea es volver allí porque, junto a Asturias y la Comunidad Valenciana, es una de las comunidades con menos incidencia de virus. Como esta escapada la haremos en diciembre, la idea es otra en cuestión de actividades, queremos practicar deportes de aventura en familia. Así que hemos mirado varias agencias pero, por ahora, parece que nos vamos a quedar con una empresa cerca de Granada porque podemos contratar packs de aventura y hacer por ejemplo, rafting, barranquismo, escalada, paintball, senderismo, tiro con arco, tirolina y muchas cosas más.
Obviamente no voy a meter a los niños a hacer rápel, pero no descarto ni el rafting, ni la escalada a baja altura. Puede ser muy divertido.
Al final de lo que se trata es de disfrutar en familia y hacerles olvidar, tanto a ellos como a nosotros, que ese maldito virus sigue ahí, dando por saco. Relajarse, distraerse y socializar es algo que debemos seguir haciendo porque no podemos matarnos en vida, durante dos años o más. Precaución, seguridad y muchísima higiene son las claves para poder seguir llevando una vida lo más normal posible.