La adaptación de los más pequeños de la casa a la consulta odontológica es crucial si queremos lograr y mantener su colaboración durante el tratamiento. Esto no sucederá por sí solo y con facilidad, tenemos que preparar a los pequeños para su primera consulta y seguir reforzando las conductas acordes durante los primeros años de consulta. Para esto debemos apoyarnos en un proceso de enseñanza- aprendizaje por el cual se adquieran valores, actitudes y conocimientos que promuevan en el niño una actitud positiva hacia la consulta odontológica.
Por ejemplo, debido a razones preventivas, recomendamos que la primera visita al dentista coincida con el primer año de edad del niño. Sin embargo, cuando el niño cumple tres o cuatro años, es que posee suficientes habilidades comunicativas y socializadoras como para acceder a las exigencias de una cita odontológica. Es justo en esta edad cuando puede volverse participe del proceso y establecer una comunicación con padres y especialistas en pro de lograr los mejores resultados, colaborando así con el proceso de adaptación
Dentro de este proceso de adaptación influirán una serie de variables que podrían favorecer al éxito o, en caso de no haber un buen manejo de la situación, desfavorecerle por completo; siendo uno de los más importantes la comunicación entre especialista y paciente. La comunicación en odontopediatría con los más pequeños y sus padres es básica para que entiendan la importancia del tratamiento y este se puede aplicar sin problemas.
¿Cómo mantener una buena comunicación en odontopediatría?
Los niños tienen unas características especiales que hacen que exista una figura clínica específica para encargarse de su tratamiento: el odontopediatra. Este profesional, además de contar con conocimientos odontológicos, también está capacitado para tratar a los niños y poder aplicarles los tratamientos de forma eficaz.
Para este, la primera y más importante herramienta es la comunicación con el paciente infantil. Sin este paso previo, será muy difícil hacer que la experiencia de los más pequeños en la clínica dental sea positiva.
La conversación debe ser natural y agradable, interesándose sobre sus gustos y actividades para ganar la confianza del niño. Una vez que se establezca este contacto, el odontopediatra continúa con la explicación ordenada de los procedimientos que debe realizar. Aquí, el mensaje siempre debe ser claro, para que se pueda comprender todo.
Por supuesto, hay ciertas técnicas que ayudarán al profesional a conectarse con el niño. El equipo especialista en odontopediatría de Clínicas Odonthos nos explican algunas:
Vocabulario adecuado
El odontopediatra debe hablar con los niños simplificando las explicaciones técnicas. Utilizar un lenguaje pediátrico adaptado que permita tranquilizar al niño y evitar que tenga ansiedad. Para esto puede emplear expresiones o nombre sustitutivos para palabras con connotaciones negativas, por ejemplo, equipo de rayos X (cámara de fotos), radiografía (fotografía) o turbina (cepillo de dientes con agua).
Explicar y enseñar
La mayoría de conceptos utilizados por el odontopediatra son técnicas que se utilizan en todos los campos de la comunicación en odontopediatría reducidos a su máxima simplicidad. Cuando explicamos y enseñamos, lo que hacemos es familiarizar al niño mediante una aproximación al ambiente e instrumentos de la consulta dental:
- Decimos y explicamos al niño lo que se le va a hacer, de forma que ayudemos a reducir la ansiedad y el miedo.
- Mostramos al niño como se va a llevar a cabo la técnica.
- Efectuamos la técnica tal como se le ha explicado y demostrado.
Instrucciones concisas
Como en todo tratamiento odontológico, la colaboración del paciente también implica el seguimiento de instrucciones. Cuando se trata con niños, es importante que las instrucciones sean precisas y concretas para que el niño las pueda entender. Dependiendo de la edad del niño, estás también podrían ir acompañadas de información que explique el por qué de las instrucciones, ya que éstas pueden generar rechazo o miedo en los pacientes infantiles.
Buen tono de voz
El tono de voz es un aspecto clave en la comunicación verbal que va más allá de las palabras. Si lo sabemos utilizar debidamente puede ayudar mucho a restablecer comunicaciones perdidas en pacientes con conductas no colaboradoras. Por ejemplo, con un cambio súbito y abrupto del tono de voz, puede devolvernos la atención del niño; eso sí, luego debemos contrarrestarlo rápidamente con un alabo cuando la conducta del pequeño cambia a la correcta.
Disminuir la ansiedad de los padres
Muchas veces, parte de la ansiedad que tienen los niños antes de su primera consulta con el dentista, viene de la ansiedad que sienten los padres y le transmiten, Por lo mismo, al disminuir este miedo paternal, podremos tratar efectivamente a los niños. Esto lo podemos lograr ofreciendo más información a los padres sobre técnicas disponibles para controlar la ansiedad de su hijo, por ejemplo.
Ludoterapia y distracción
Se trata de distraer un poco al niño de lo que está pasando en la consulta, eliminando tensiones y miedos. Esto también nos ayuda a reforzar la comunicación con el paciente, que al hablar con nosotros se sentirá más tranquilo porqué eliminará la sensación de estar en contacto con un desconocido.
La Ludoterapia, entonces, busca distraer al paciente hablando sobre temas eternos a la consulta dental, como hobbies u otras cosas más agradables para él. Un ejemplo de ello puede ser preguntar o interesarnos por temas ajenos a nuestro tratamiento durante la preparación para la anestesia. Otro tipo de distracción puede conseguirse con juguetes, dibujos y pósters en el caso de los más pequeños, o incluso con música.
Otras variables que influyen en la conducta del niño durante la atención odontológica
Si es verdad que la comunicación es el factor decisivo en la adaptación a la consulta odontológica, existen otras variables que también debemos tomar en cuenta si queremos alcanzar el éxito en nuestro trato con los pacientes infantiles. Estas son:
Ambiente odontológico
Ya que el primer objetivo que debe alcanzar el especialista es infundir confianza en el niño y hacer agradable el primer contacto, necesitará comenzar en un área adecuada, recreativa, separada del consultorio, en la cual se puedan integrar los niños, crearles confianza y reducir la ansiedad
Odontólogo
El odontólogo sirve de fuerza orientadora principal, por lo que debe dar el ejemplo para todo el personal, además es importante que se mantenga objetivo y conserve su capacidad para evaluar a los niños con exactitud.
Como dijimos anteriormente, la comunicación que establezca permitirá que el odontólogo conozca mejor a su paciente y que pueda lograr que el niño se relaje y coopere con el tratamiento. Por lo tanto su lenguaje debe depender de la edad del niño y debe tener una voz suave y clara. Así, logrará un acercamiento exitoso con el niño, permitirá una buena adaptación y creará una atmosfera de confianza y un ambiente placentero.
Personal auxiliar
La manera como se conduzca el personal auxiliar, también puede afectar dentro del proceso de adaptación. Todos deben conocer sus deberes, tener claro lo que está sucediendo en el consultorio y conocer los objetivos perseguidos, desde el momento en que el niño entra a la sala. Por lo que el personal debe estar capacitado y bien adiestrado, además de tener una apariencia agradable.
Padres
Como dijimos anteriormente, la conducta de los padres afecta directamente la conducta del niño. Estos ejercen una profunda influencia sobre el niño, afectando el comportamiento de éste en nuevas situaciones.
Numerosos estudios han demostrado que padres que permiten autonomía y expresan afectos tienen hijos amistosos, cooperadores y atentos; a diferencia de padres punitivos e indiferentes, que generan hijos intolerantes con conductas negativas. Por lo tanto, el especialista debe intentar primero ganar la confianza de los padres, reducir sus angustias y educarles en el tipo de conducta que se debe tener durante el proceso de adaptación para que este sea exitoso.
Niños
Para lograr el tratamiento dental del niño en la consulta odontológica, debe comprenderse su conducta y la etapa de crecimiento en la que se encuentran. Esto porque la conducta va a variar de acuerdo a la edad que tenga el niño. Estas son.
- Dos años: En esta edad los niños sienten dependencia hacia la madre y dificultad para establecer relaciones interpersonales. Necesitan tiempo para habituarse a situaciones nuevas. Sufren cambios rápidos de humor. Se cansan con facilidad.
- Tres años: Sienten curiosidad sobre el mundo de alrededor. Tienen un mayor contacto verbal. Existe el deseo de imitación.
- Cuatro años: Gran actividad física y mental. Son inquisitivos y grandes habladores. Desean probar nuevas experiencias. Sienten confianza en sí mismos.
- Cinco años: Estabilidad emocional. Pensamiento realista en secuencias lógicas. Deseo de ser aceptado. Son sensibles a las alabanzas y recriminaciones.
- Seis años: Alternancia entre el afecto y el rechazo. Autoafirmación. Tendencia a la hipocondria. Tienen poco interés por el orden y la limpieza.
La primera experiencia con el dentista
La primera visita odontológica debe ser agradable, positiva y simple, ya que el comportamiento futuro del niño va a depender en gran parte de esta primera experiencia.
Es necesario realizar las operaciones más sencillas e ir avanzando a las más complejas, a menos que sea necesario tratamientos de urgencia. Por ejemplo, se puede hacer un examen clínico, toma de radiografías, profilaxis, fluoruros, etc Todas estas constituyen formas de adaptación del niño al tratamiento dental.