Uno de los objetivos prioritarios para todos y cada uno de los seres humanos que poblamos la Tierra en los momentos en los que nos encontramos es cuidar al máximo de nuestro entorno, un entorno que ya sabréis que se encuentra degradado y con un peligro muy alto de continuar padeciendo las acciones salvajes de las personas. Debemos trabajar en conseguir un mundo más ecológico y debemos hacerlo rápido, porque vamos a contrarreloj y cada vez nos encontramos en mayor medida entre la espada y la pared. Cualquier cosa que no sea trabajar en este sentido nos va a provocar problemas… y muy serios. De hecho, ya los venimos teniendo.
La sociedad ha ido generando avances en este sentido. El reciclaje podríamos decir que ha sido el más tradicional, al que se han ido uniendo con el paso de los años la apuesta por diferentes energías renovables (en España, la solar y la eólica han sido las principales), el dejar de depender de materias primas altamente contaminantes como el plástico o el uso de coches que ya no dependen de combustibles fósiles como la gasolina o el diésel. Todo ha generado una influencia positiva, pero es necesario que sigamos implementando muchas más opciones para un asunto del que estamos hablando. Con los cambios que hemos venido haciendo podemos empezar a soñar con un mundo mejor, pero la garantía de que llegue sigue siendo reducida. Hay que ir a más.
Existe la opción de que todos los productos que conocemos se fabrican de una manera mucho más ecológica de la que se hace ahora. Podemos analizar múltiples ejemplos de ello en la sociedad actual, de hecho las empresas presumen a día de hoy de eso. Todo lo que tenga que ver con el cuidado del medioambiente tiene un valor muy grande a día de hoy en términos de imagen y no cabe la menor duda de que así va a seguir siendo. Son muchas las personas que consideran que esto es fundamental en la sociedad actual y que valoran mucho que las empresas fabriquen sus bienes u ofrezcan sus servicios de manera ecológica.
Uno de los sectores que más en serio se está tomando el asunto relativo al cuidado del medioambiente en los últimos años es el de la cosmética o el maquillaje. Estamos hablando de una actividad que se encuentra en un buen momento de forma y que tiene millones de seguidores y seguidoras en todo el mundo, que factura cada día más y que, por ende, tiene que ser responsable con los pasos que sigue a la hora de producir sus distintas gamas y bienes. Y así lo está siendo. La responsabilidad social corporativa que muestran las empresas de este sector en lo que al cuidado del medioambiente se refiere ya está fuera de toda duda.
La Cadena Dial publicó un artículo que comentaba las ventajas de usar un maquillaje que fuera ecológico. Porque este tipo de maquillaje también es bueno para la salud de las personas, como no podía ser de otra manera. Una de las grandes ventajas que tiene que ver con este asunto tiene que ver con el hecho de que no lleva colorantes, perfumes sintéticos ni sustancias químicas, algo que convierte a estos productos en algo más seguro para la gente que esos productos químicos que pueden generar un verdadero problema para la piel y para la salud en general. Ni que decir tiene que esto, como argumento de ventas, ha sido fantástico en un mundo en el que todo lo que suene a ecológico y natural se ve con muy buenos ojos.
Ya en el año 2020, el portal web de Vogue hablaba de que la industria cosmética tenía como objetivo para 2030 conseguir un desarrollo sostenible. Aspectos como el reciclaje el uso de productos más respetuosos con el entorno eran considerados claves por las empresas de referencia del sector, que han ido incluyendo paulatinas mejoras de un tiempo a esta parte y que han ayudado a concebir el negocio de la cosmética y el maquillaje como uno de los más importantes en materia de ecología y respeto por el medioambiente. Ojalá pudiésemos hablar en los mismos términos de cualquier actividad de índole comercial o industrial. Por desgracia, para eso todavía nos queda.
Es importante que todas las personas que guarden relación con la industria de la cosmética y el maquillaje promuevan en la medida de sus posibilidades el uso de materiales y productos ecológicos. Y eso no solo debe afectar a la gente encargada de la producción de los mismos, sino también a las escuelas de maquillaje. La de Cristina Rivero, que cuenta con una amplia experiencia dentro de este campo, viene detectando que todas aquellas personas interesadas en sus cursos y actividades son más proclives que nunca al uso de maquillaje ecológico, lo cual celebramos y esperamos que se perpetúe por muchos años más.
Es evidente que la mejora de nuestro mundo no solo va a provenir del cambio de actitud que tenga la gente dedicada al sector del maquillaje y la cosmética. Se necesita la colaboración de todo el mundo, de todos los sectores industriales y de todas las instituciones públicas. Grano a grano, haremos granero. Es importante que nadie se muestre ajeno a la causa de la que estamos hablando porque impedirá que demos pasos hacia delante, que es de lo que se trata y lo que necesita una sociedad como la nuestra en los tiempos que corren y lo que va seguir siendo necesario de cara al futuro tanto a corto como a largo plazo.
Hay algo que nos parece importante resaltar y es que son las personas jóvenes las que están empezando a despertar una conciencia social extremadamente grande en relación con aspectos como la ecología y el cuidado del medioambiente. Si son las generaciones más jóvenes las que promueven eso, está claro que el futuro que nos espera va a ser mejor porque todavía tienen muchos años por delante para colaborar con la causa y para seguir trasladando esa conciencia a las generaciones que estén por venir. Ese trabajo es fundamental para asegurar el futuro de nuestro planeta y el de la especie humana en general. Nos estamos jugando mucho y es importante que seamos plenamente conscientes de eso. Si no, mal vamos.
España marca tendencia en el cuidado del medioambiente
Somos un país del que debemos sentirnos muy orgullosos y orgullosas. El respeto que venimos progresando por el medioambiente está fuera de toda duda y eso es algo que vienen confirmando varios datos. Poco a poco, nos vamos equiparando a naciones que han tenido una tradición mucho más ecologista que la nuestra, tales como los escandinavos, Países Bajos, Bélgica o Alemania. Pero queda mucho camino por delante y conviene no relajarse en absoluto. Bajar la guardia es la peor de las cosas que podemos hacer porque perderemos fuelle en la carrera por hacer de este planeta un lugar mejor para todo el mundo.
Es evidente que muchos países deberían aprender de nosotros. Nos referimos especialmente a potencias mundiales como Estados Unidos, China o Rusia, que son grandes problemas para nuestra Tierra y que deberían ser sancionados más duramente a causa de saltarse una y otra vez los protocolos y pactos que se han ido firmando en las últimas décadas en relación a la protección que debemos brindarle a nuestro planeta. Esperamos que los tres países cambien de actitud y que empiecen a colaborar, como hacemos el resto, en la lucha contra una degradación de nuestro entorno para la que debemos dedicar todos los recursos y esfuerzos posibles.
Compromiso y más compromiso
Esa es la palabra que nos hace falta para conseguir mejoras que sean sustanciales y que permitan que el ser humano se encuentre mucho más seguro sobre la Tierra. Si no tenemos compromiso, es muy fácil que no consigamos los objetivos que en teoría son necesarios para conseguir que el planeta no se convierta en un sitio totalmente inhabitable. Si, en cambio, existe ese compromiso y se ejecutan políticas y acciones que vayan destinadas a mejorar las cosas, estamos convencidos de que vamos a tener un futuro mucho mejor que el que nos espera si no actuamos como realmente deberíamos. Ese compromiso, por cierto, debe ser algo imputable a todas y cada una de las personas que nos encontramos con vida en este momento y las que la tendrán en un futuro.
Compromisos como el que hemos analizado de la industria de la cosmética y el maquillaje son los que hacen falta para que el futuro de la raza humana sea el mejor posible. Si no existiera ese compromiso, tendríamos muchos problemas de cara a lo que está por venir. Y eso no será agradable si se termina produciendo, que no quepa ninguna duda al respecto. Si alguien continúa pensando que no le va a tocar vivir una desgracia como la que se avecina si no cuidamos del medioambiente, que se ande con mucho cuidado. Podría verse sorprendido… y mucho antes de lo que se espera.